¿Conocías que el vocablo “refrigeración” significa simplemente enfriamiento, o remoción de calor?, lo que significa un refrigerador es esencialmente un compartimiento del cual se elimina todo el calor…  

 El calor se produce por la rápida vibración de las moléculas aumentándose la temperatura al aumentar la velocidad de las vibraciones. Siempre que vibren las moléculas en una materia, se produce calor. Si se aumenta la vibración molecular, aumentara el calor de la materia y para producir más calor se tiene que aplicar energía. Y si deseamos que disminuya la vibración molecular o la separación entre las moléculas, debemos disipar el calor, para lo cual también se debe aplicar energía.

Este principio de calor se observa en el sistema de refrigeración cuando el compresor comprime el gas refrigerante dentro de su cámara de compresión y al ser expulsado al condensador, el gas  se enfría por medio de una corriente de agua o aire, entonces el calor generado por la aplicación de la energía durante la compresión, se transfiere a través de las paredes del condensador y es llevado por la corriente de agua o disipado en el aire de la atmosfera. El calor, al igual que la materia, es indestructible y solo puede pasarse o transferirse de un cuerpo a otro.

Cuando se habla de presión se hace referencia a la intensidad o grado de presión. Y esta puede definirse como una fuerza actuando contra algo que le ofrece resistencia. Por lo tanto, cuando se dice que el refrigerante de un sistema tiene una presión determinada, esta se refiere a la fuerza desarrollada por el refrigerante contra las paredes de los tubos, del compresor, del condensador, o de alguna parte del sistema que lo encierra.

Esta fuerza expresada en libras de presión por pulgada cuadrada, nos indica que el refrigerante ejerce dicha fuerza o intensidad de presión sobre cada pulgada cuadrada de dichas superficies, y esta intensidad de presión se mide con un instrumento conocido como manómetro.

Los primeros estudios sobre la medición de la presión los realizo Galileo en el 1637, quien decía que el peso de un cuerpo no influye en la velocidad de su caída y que una moneda de hierro y una pluma podían llegar simultáneamente a la tierra si se lanzaban en un espacio vacío (sin aire).